Talleres contra la desinformación

Los profesores del Grado de Comunicación, en colaboración con el periodista de EFE Verifica Ramiro Fuente y el experto en SEO Emilio García, formaron a los alumnos en competencias de verificación de contenidos a través de una serie de talleres especializados.

Taller 1 ¿Qué es la desinformación?

Paula Herrero, profesora e investigadora del departamento de Comunicación y Educación de la Universidad Loyola nos lo explica:

Bulo, rumor, mentira o fake news… son algunas palabras que, en los últimos cinco años, hemos integrado en nuestras conversaciones de manera natural, sin darnos cuenta de los peligros que ello supone: pérdida de confianza en los medios y dificultades para encontrar información creíble. Y, aunque todos somos vulnerables frente al engaño, especialmente en Internet, por las horas que invierten conectados, los jóvenes están más expuestos.

Para reducir los bulos que circulan frenéticamente por la red, en todas sus representaciones, y poder abordar con rigor este fenómeno, debemos comenzar por hablar con propiedad y conocer sus características (desde el conocimiento científico).

En primer lugar, según recomiendan los investigadores de universidades, los profesionales del periodismo y la Comisión Europea, no debemos emplear el término fake news como definición de noticia falsa porque es reduccionista, sino la palabra desinformación; definida como aquella “información falsa, inexacta o engañosa diseñada, presentada y promovida para obtener un beneficio o para causar intencionadamente un perjuicio público. La desinformación puede poner en peligro los procesos y valores democráticos y apuntar específicamente a diversos sectores, como la salud, la ciencia, la educación y las finanzas”.

En segundo lugar, dentro de este paraguas, encontramos distintos desórdenes informativos, eso que comúnmente hemos generalizado como fake, definidos en 2017 por Claire Wardlepara el proyecto First Draft

Desórdenes informativos First Draft, Wardle (2017) [/caption]

A la anterior taxonomía se añaden otras tipologías de engaño, camufladas bajo técnicas del marketing digital, como el clickbait, ese gancho –un titular o un formato visual llamativo– que sirve para atraer la mirada del usuario, cuyo contenido pocas veces coincide con la promesa por la que se hizo clic.

Por último, las teorías de la conspiración también son consideradas un tipo de desinformación en tanto que tienen un interés por desorientar a la opinión pública, levantar sospechas sobre alguien o algo, generar ruido, u obtener algún beneficio. En la red han proliferado toda clase de argumentos alternativos –por lo general misteriosos y emocionales– que rebaten versiones oficiales, estudios científicos, informes contrastados, o datos empíricos.

 

Taller 2 Beneficios (económicos) de la mentira

El profesor David Varona Aramburu, nos explica que, a menudo pensamos que la desinformación, las noticias falsas, tienen solo un interés político o desestabilizador. Y es cierto, muchas veces las llamadas ‘fake news’ tienen intención política o buscan generar algún tipo de influencia, confusión o ruido desestabilizador. Sin embargo, no olvidemos que, en la mayoría de las ocasiones, sencillamente son un buen negocio.

Hacer noticias falsas es prácticamente gratis y gracias a Internet se pueden monetizar y convertir en ingresos. Habitualmente, se ha culpado a las redes sociales -especialmente a Facebook- de propiciar este negocio. De nuevo es cierto: Facebook permite que las noticisa falsas circulen e incluso cobrar por ello: los creadores de desinformación contratan publicidad en esta red para difundir sus productos. Sin embargo, Facebook no es el único eslabón de esta cadena: en el proceso de monetizar las noticias falsas, entran en juego las plataformas de publicidad digital, con Google y su programa Google Ads a la cabeza. Por tanto, su responsabilidad también es alta.

Por otro lado, estamos viendo formas cada vez más sofisticadas de producir noticias falsas, con montajes muy organizados y construidos sobre redes de webs falsas, programación neurolinguística y ‘deep fakes’. Toda una industria muy lucrativa al servicio de la mentira. 

 

Taller 3 Fake visuals: cómo nos engañan a través de la imagen

Los profesores del departamento de Comunicación y Educación Pablo Navazo y José Antonio Muñiz diseccionan en este taller las tácticas que se suelen usar a la hora de construir contenido falso a través de elementos visuales como la fotografía y las gráficas.

Si bien es cierto que la falsificación visual ha existido a lo largo de toda la historia, los profesores ponen el acento en las diferencias cuantitativas y cualitativas que han surgido en dicho fenómeno a raíz de la digitalización de la comunicación y de la vida contemporánea alrededor de internet y los dispositivos electrónicos. Así, la facilidad de creación y de propagación, así como la velocidad de esta última, no tiene parangón en ningún otro momento de la historia.

En cuanto a la taxonomía de técnicas desinformativas en relación con la fotografía, defienden que existen tácticas que se suelen usar antes de hacer la foto en sí o justo al hacerla, como preparar un decorado y hacerlo pasar por real, el encuadre que al dejar fuera información relevante cambia la verdad de los hechos intencionadamente, manipular la profundidad de campo, la angulación, etc.

Una vez hecha la foto, la lista de posibles manipulaciones va desde quitar o añadir digitalmente elementos no presentes en la foto original, hacer fotomontajes falsos y hacerlos pasar por verdaderos, distorsionar luz, sombras, color, etc., o descontextualizar una foto que en sí es verdadera y no ha sido manipulada pero, que al descontextualizarla, se le está dando otro significado completamente diferente, y falso.

En cuanto a los gráficos, las tácticas manipulativas son también frecuentes y múltiples, yendo desde el sesgo en la selección de datos, la comparación irrelevante y espuria entre dos variables, o la desigualdad entre escalas de dos realidades distintas, entre otras.

En resumen, catalogar las tácticas desinformativas visuales y difundir la taxonomía resultante, como defienden estos investigadores, puede ayudar a detectar más fácilmente la manipulación informativa cuando viene vehiculada o acompañada de elementos visuales. Hay herramientas en la red, cada vez más desarrolladas, que pueden ayudar a la detección de imágenes falsas o falseadas, es cierto. Pero más allá de las herramientas o instrumentos concretos, la concienciación y la responsabilidad como ciudadanos, es el elemento clave en la lucha contra las fake news. Hace falta más responsabilidad para no consumir contenido falso o sospechoso, sin contrastar. Pero sobre todo para no compartirlo, y evitar así convertirnos también cada uno de nosotros en agentes tóxicos y contagiadores de esta pandemia desinformativa que nos rodea.

Taller 4 Infodemia y encuadres de la desinformación

La actual sociedad de la participación prometía ser una comunidad de ciudadanos, permanentemente conectados, que produce sus propios contenidos, interactúa con ellos y los personaliza y modifica de forma individual o junto con otros usuarios del escenario virtual. Los ciudadanos de la sociedad de la participación dejarían, por tanto, de ser individuos impasibles que digieren, pasivamente, mensajes mediáticos y políticos, para convertirse en sujetos interactivos y proactivos que generan sus propios contenidos y comparten mensajes. En este ecosistema participativo, además, el conocimiento se convertiría en el eje principal de las relaciones sociales, económicas y políticas de cualquier Estado; en otras palabras, el conocimiento se convertiría en el catalizador que favorecería el crecimiento de una ciudad y una nueva fuente de riqueza para los ciudadanos.

Sin embargo, esta perspectiva -con un trasfondo algo utópico- ha quedado superada por una realidad algo más apocalíptica. Tal y como apunta la profesora e investigadora del departamento de Comunicación, Marta Pérez Escolar, la actual sociedad de la participación está distorsionada y contaminada por un fenómeno peligroso: la infodemia. La OMS define la infodemia como la sobreabundancia o exceso de información que existe sobre un tema concreto. Por este motivo, los ciudadanos tienen dificultades para saber diferenciar entre contenidos verídicos y los bulos, la información falsa o engañosa.

En este sentido, en la actualidad, nos enfrentamos a dos pandemias: la propia del coronavirus y la infodemia sobre las noticias que se han publicado sobre la COVID-19. Aunque pueda parecer algo de menor relevancia, la infodemia tiene efectos negativos y muy preocupantes en la salud de las personas, ya que la desinformación no solo confunde a las personas o desvirtúa su percepción de la realidad, sino que puede poner en riesgo la vida de las ciudadanos como así ocurrió, por ejemplo, en Nigeria, en el año 2014, cuando, en pleno brote de Ébola, se viralizó una broma en WhatsApp en la que se decía que la sal podía curar el virus. Como respuesta, numerosos ciudadanos empezaron a consumir sal en grandes cantidades y muchos de ellos murieron como consecuencia de esos excesos.

En el caso del coronavirus, los bulos e información falsa o engañosa que circulan sobre esta epidemia abordan diferentes temas sobre el virus, a saber:

  • Causas: mensajes falsos sobre el origen o procedencia del virus.
  • Impacto: en mensajes falsos sobre acciones, sucesos, hechos o actividades que están asociadas o que acontecen como consecuencia del virus.
  • Superremedios: Mensajes falsos sobre posibles medicamentos milagro, soluciones, panaceas o antídotos y fármacos para combatir o prevenir el virus.
  • Polarización: Mensajes falsos que buscan acentuar las diferencias entre grupos sociales divididos por cuestiones de poder, género, etnia, etc.
  • Clickbait: Mensajes falsos, normalmente relacionados con estrategias de phishing, sobre ayudas económicas, subvenciones, ofertas, acciones de caridad, gangas, etc.

Resulta importante realizar este análisis y tenerlo en cuenta cuando consumamos información -sobre todo a través de redes sociales- sobre la COVID-19 para conocer los propósitos de la desinformación en temas de salud. También existe desinformación de género, política o, incluso, sobre temas sociales como la inmigración, las protestas ciudadanas, etc. Por estos motivos, como usuarios, debemos estar constantemente alerta de la calidad y la veracidad de la información que recibimos, pues la infodemia amenaza nuestra capacidad crítica y es trascendental, como periodistas y comunicadores, poder discernir qué es verdad y qué es falso en un escenario cada vez más caótico y confuso.

Taller 5 Cómo verificar información dudosa con EFE verifica

La verificación ha cambiado las rutinas profesionales porque exige nuevas competencias y habilidades; el dominio de herramientas digitales de verificación, una forma de escribir diferente -no se publican noticias sino desmentidos-, e incluso una manera distinta de relacionarse con las fuentes. El periodista de EFE Verifica, la unidad especializada en verificación de la agencia EFE creada en 2019, Ramiro Fuente, explica cómo la desinformación ha reconfigurado el trabajo de los redactores creando nuevas dinámicas:

¿Qué contenidos verifican?

La unidad de verificación de la agencia EFE tiene como objetivo desmontar mitos y falsedades. Por un lado, hacen un seguimiento del discurso público y, por otro, vigilan aquellos contenidos dudosos que se hacen virales en la red. El fin último es evitar la confusión de la opinión pública y su polarización.

¿Cómo verifican?

Cualquier miembro de la International Fact Checking Network (IFCN), que aglutina a cientos de medios especializados en fact-checking a lo largo de todo el mundo, debe hacer público el procedimiento de selección y verificación de los contenidos que verifican. En el caso de EFE, este proceso es transparente. Esta forma de proceder aglutina los siguientes pasos

Selección de la información o declaraciones a verificar

  • Se identifica el contenido, que puede ser en formato vídeo, audio, foto, texto o memes, que circulan en internet y que pueden contener información errónea sobre temas de interés general. Este contenido puede ser detectado por los periodistas o bien puede haber llegado a la redacción a través de la denuncia de los usuarios.
  • El contenido tiene que cumplir tres requisitos para ser verificado: el alcance (porque se haya viralizado), si suponen un peligro para la opinión pública, y/o si aportan una información útil para el ciudadano.

La verificación

  • En el caso de las declaraciones de personajes públicos, las afirmaciones se acotan, es decir; se analiza el significado de la frase. De forma paralela, se contacta con la fuente original para pedirle información adicional y sobre el contexto en el que se han hecho las manifestaciones.
  • Si se trata de una fotografía o un vídeo, tratan de localizar el material original para comprobar si ha sido manipulado. En este proceso se administran o aplican herramientas digitales como la búsqueda inversa de imágenes para comprobar si han sido retocadas o alteradas.
  • De forma general, se recurre a bases de datos oficiales y públicas. También consultan a expertos académicos y técnicos cuando abordan temas muy especializados.

Evaluación

Los medios de verificación tienden a emitir un juicio final o una valoración sobre el grado de credibilidad del contenido que han contrastado. Existen distintas fórmulas en función del medio, como por ejemplo: establecer grados de verdad (discutible, engañoso, verdadero, falso, casi falso, etc.) o utilizar etiquetas que categorizan la credibilidad de la información. En el caso de EFE Verifica, para no caer en juicios de valor, lo que hacen es ofrecer una conclusión que explica en qué medida la afirmación se ajusta a la realidad.

Revisión y publicación

Finalmente, antes de publicar un desmentido o aclaración, la verificación es revisada al menos por dos miembros del equipo de EFE Verifica y un editor de la Agencia EFE. 

Taller 6 SEO en tiempos de fake news

El director de Campamentoweb, experto en SEO, youtuber y tiktoker, Emilio García, nos da las claves sobre cómo influyen las fake news y el clickbait en el SEO: 

Pérdida de autoridad

Cuando consumimos información muchas veces somos incapaces de recordar quién era el autor/a o el medio en el que aparecía publicada. Es decir, no nos acordamos de la fuente original. Esto provoca que la identidad del medio, su autoridad, se pierda, se reduzca y, lo que es peor, que se olvide. Nuestra memoria está delegando de alguna manera en las redes sociales y nuestra expresión más recurrente es: «lo vi en la plataforma X».

Distribuye autoridad

A pesar de lo anterior, Google sí que considera relevantes a los medios. Una buena acción desde un medio -frente a ese consumo de información breve a través de las redes y otros espacios- sería potenciar las apariciones en las noticias destacadas de Google Discover. ¿Cómo?

  1. Elabora contenidos sobre temas relacionados con intereses personales.
  2. Invita al clic de forma honesta.
  3. Vigila la actualización del contenido.
  4. Incluye una biografía del autor/a del contenido.
  5. Añade siempre enlace a fuentes mediante el linkbaiting para que te recomienden de manera natura. No tengas miedo de la competencia; teme perder tu autoridad.
  6. Inserta imágenes de calidad (1200px mínimo de ancho).
  7. Utiliza los enlaces trendy, esto es el uso de un segundo menú, o submenú con lo más visto o leído del medio.
  8. Emplea los datos estructurados pues favorece la información que absorve Google.

Clickbait ‘engañoso’

Al primer fenómeno se añade que los medios tradicionales, que crean y distribuyen información rigurosa y contrastada, posicionan peor sus contenidos que aquellos que siguen una estrategia agresiva de clickbait-engañosoEs importante este matiz porque el clickbait per se no es negativo, es una estrategia SEO que también utilizan los diarios; la diferencia está en la coincidencia entre el gancho o reclamo con el que se pretende atraer al usuario y su correspondencia con el contenido real una vez que accede a la información.

Contenidos de calidad

 ¿Qué es un contenido de calidad? Deberíamos formularnos esta pregunta antes de crear o distribuir contenidos. Desde el punto de vista del SEO, la respuesta está en las siguientes ideas:

  1. Aquel que ofrece información original.
  2. Tiene valor añadido con respecto a la competencia. 
  3. Defiende la autoridad frente a terceros. 
  4. Presenta un título útil y descriptivo.
  5. Puede servir para una enciclopedia.