La vacuna contra la COVID-19 es el tema de conversación por excelencia en los hogares de casi todo el mundo, al igual que las reacciones de los primeros vacunados. Pues bien, el pasado jueves 17 de diciembre salió a la luz un vídeo en el que se veía a una enfermera en una rueda de prensa hablando sobre lo que había sentido al ponerse la vacuna. Segundos después, se desvanece. Se trata de la enfermera Tiffany Pontes Dover, gerente de enfermería en el hospital de Chattanooga, en Tennessee.
Este hecho, como era de esperar, encendió las redes, donde algunos usuarios alegaban que la causa de su desmayo era uno de los efectos secundarios de la vacuna que le había sido administrada minutos antes. Además, se pudieron leer titulares como ‘’Una enfermera de desmaya en directo en TV tras recibir la vacuna de Pfizer’’ o parecidos durante todo ese día, creando un miedo bárbaro a esta inyección.
Sin embargo, medios que investigaban lo que se estaba diciendo por redes sociales como Twitter o Instagram, donde el vídeo en pocos minutos ya se había hecho viral, decidieron contrastar esta información hablando directamente con otros que se encontraban en el lugar de los hechos o con la víctima cuando volvió, ya recuperada, a la cámara. Ambos afirmaron que Tiffany se encontraba bien y explicó que padecía una condición con la que ‘’se desmaya cuando siente dolor’’, según cuenta el periódico El Comercio, y que ‘’se había desmayado unas seis veces en las últimas seis semanas’’.
De hecho, no solo medios de información han desmentido la causa de su desmayo, también lo ha hecho el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, asegurando que ‘’los desmayos se deben al proceso de vacunación y no a las vacunas en sí mismas’’. Según la Clínica Mayo, cuando alguien ve sangre, siente mucho dolor o siente mucha angustia emocional, se produce un síncope vasovagal. Además, el propio hospital ha comunicado a Maldita.es que esta sanitaria ‘’no llegó a perder el conocimiento en ningún momento y se recuperó rápidamente’’.
Por último, la enfermera María Sánchez del Hospital Vall d’Hebron en Barcelona, que trabaja cara a cara con pacientes COVID y recién vacunados, nos cuenta que el síncope que sufrió la enfermera Pontes es muy común en pacientes recién vacunados. De hecho, afirma que ‘’hay otros pacientes que sufren de dolores de cabeza e incluso escalofríos’’, pero que ‘’ante estas reacciones debemos guardar la calma, ya que son comunes y no duran más de dos días’’. Asegura que la desinformación sobre los efectos secundarios de la vacuna ‘’solo crea el mal, ya que muchas personas se niegan a ponerse la vacuna por bulos que escuchan o leen en las redes sociales, cuando se ha demostrado que es segura y casi al 100% efectiva’’. Termina subrayando que la vacuna no ha llegado para matarnos y crearnos tres ojos, llega para terminar con esta pandemia y que ‘’debemos confiar un poco más en los investigadores y médicos’’.